“El hijo” es una narración de Horacio Quiroga, quien nació en Salto, Uruguay, el 31 de
diciembre de 1879, y murió en Buenos Aires el 19 de febrero de 1937. Después de
la publicación de su primer libro, en versos, Los arrecifes de coral (1901), se trasladó seguidamente de
manera definitiva a la Argentina, donde transcurrió el resto de su vida. Su
vida estuvo presidida por la tragedia: La muerte accidental de su padre, a
quien se le escapó un tiro de escopeta mientras descendía de un bote, la cual
transcurre cuando Quiroga tenía sólo 2 meses; la pérdida de dos hermanas,
Pastora y Prudencia, que murieron de fiebre tifoidea en el Chaco argentino; el
suicidio de su padrastro, Ascencio Barcos, delante suyo luego de sufrir una
terrible parálisis cerebral; tras seis años de matrimonio, Ana María Cirés (su
primera esposa, con la cual se casa en el año 1910, luego de haber vencido la
dura oposición de la familia Cirés) agoniza ocho días después de haberse
envenenado; también su hija Eglé, nacida en Misiones, en el año 1911, se
quitaría la vida un año después de su muerte (1937); y Darío Quiroga, su hijo,
se mataría en 1952. Asimismo, María Elena Bravo, su segunda esposa y la única
adolescente que lo amó si sortear oposiciones familiares (era 30 años menor que
el escritor, y amiga de su hija Eglé), lo abandonó en medio de su selva,
después de seis años de matrimonio, llevándose a “Pitoca”, la pequeña hija de
ambos. En 1936 debió internarse en el Hospital de Clínicas por un dolor en el
estómago. Cinco meses después, un médico le dijo que tenía cáncer. Quiroga no
dijo ni una palabra. Salió a dar una vuelta por la ciudad y esa misma
medianoche se suicidó con cianuro. “El hijo” es un cuento publicado n el año
1945, y mas tarde recopilado en El síncope blanco y otros cuentos de locura y terror.
Valdemar, es una de las editoriales donde se encuentra esta narración.
La
historia de “El Hijo” trata sobre que un
muchacho de trece años se despide después de las recomendaciones y de la
orden de volver a la hora de almorzar de su padre, para partir a cazar. El niño
ha sido inculcado desde muy pequeño en la precaución al peligro. Con escopeta
al hombro, el hijo se dispone a cruzar el monte. No fue fácil para un padre
viudo como él, educar a su hijo de esta manera, consciente de que en peligro,
con lo único que se cuenta es con las propias fuerzas. Sumado a esto, el padre
ha tenido que resistir los tormentos morales que recurrentes alucinaciones le
han hecho sentir. Más de una vez ha visto a su hijo bañado en sangre, víctima
de un incierto accidente. Pero ese día, el amor que su hijo le profesa le hace
olvidar esas terribles imágenes y le devuelve la tranquilidad. Al rato, suena
un disparo, el padre piensa que su muchacho ha matado por lo menos dos palomas,
sin embargo continua su tarea. Más tarde se da cuenta que son las doce y no ha
llegado el hijo, el progenitor pensando que su hijo no demora, que ya esta por
llegar, decide esperarlo más tiempo. A
las doce y media el hombre sale a buscar al muchacho, pensando que ha ocurrido
algo malo, imaginando cosas, entra al monte, recorre las sendas de caza y
alucina con que encuentra a su hijo y regresan juntos a casa ya siendo casi las
tres. Pero en realidad el pequeñuelo yace muerto, el chico ha fallecido al no
tener cuidado al cruzar el alambrado con la escopeta en la mano. Se puede
deducir que los hechos se manifiestan en la temporada de verano, donde se avista el calor, es una estación de
bastante calma y sol, la naturaleza esta resplandeciente, con ambiente muy
tranquilos. En el campo hay pájaros y una vegetación abundante.
Cronológicamente se puede decir que Los hechos transcurren desde las diez de la
mañana cuando el hijo se despide y sale a cazar, hasta faltando poco tiempo
para las tres de la tarde cuando el padre encuentra al muchacho ya muerto. La
obra no especifica ni fechas, días o mes pero gracias a que se dice en el
cuento que es verano, se puede calcular que las narraciones se ubican entre los
meses de diciembre a marzo. El relato sucede en el monte donde El muchacho va a
cazar al monte y en un alambrado muere. Podríamos decir que ocurrió en
Misiones, donde Horacio Quiroga paso la mayor parte de su vida allí.
El universo variado de Horacio Quiroga se manifiesta
a través de sus narraciones, en donde queda reflejado lo que ha vivido y
cómo lo ha vivido en creciente intensidad, plasmando de manera evidente su
temperamento y carácter. “El Hijo” es un cuento que refleja un sentimentalismo
paternal intenso. En donde se manejan tanto vivencias reales como fantasías,
con fuertes dosis de tragedia y fatalismo. Pasando de lo real a lo
ficticio sin divagar, describe sólo lo necesario. En cinco páginas, el autor
nos regala su sentir social y humano, estilizándolo con una gran capacidad de
transformación de la fantasía. La mayor parte
del cuento es la descripción minuciosa y rica de las distintas etapas de ese
proceso que comienza en una feliz y confiada espera y concluye en la patética
alucinación final. En este relato se mezclan muchos temas como: La confianza, La franqueza
existente en la relación padre-hijo se vislumbra con la obediencia del
muchacho, el siempre hace lo que su padre manda, así como este ultimo conoce
tan bien a su hijo que hay momentos en que sabe justo lo que el pequeño va a
realizar; el amor, sentimiento que sobresale en la obra, el padre quiere
demasiado a su hijo, por esto trabaja fuertemente para sostener y educar a su
hijo, le enseña cosas como contar con sus propias fuerzas, también por esta
estimación se presenta la tristeza de imaginar a su hijo muerto; la cacería,
alrededor de el amor a este pasatiempo, se vislumbra un estrecho vinculo entre
los dos personajes; se puede observar que los dos comparten el gusto por cazar
animales, por ejemplo en el hecho de que el padre le regaló una escopeta al
muchacho. También se nota claramente que es una insinuación realizada por el
autor debido a que es claro que Horacio Quiroga poseía una pasión por la caza y
las armas de fuego que procedí de su familia, y que también esto causó muertes
alrededor del escritor; y la el fallecimiento del niño, donde la reacción del
padre es bastante extraña por que él sufre de alucinaciones, además que es un
hombre que ya había sufrido una muerte trágica a su alrededor, la de su esposa,
así como la de su chico, que es bastante triste puesto que la única esperanza
que le quedaba al padre era su niño. El vocabulario es bastante adecuado para
todas las edades. Para muchos, el cuento "El hijo", es uno de lo más
bellos y perfectos que se hayan escrito en la lengua española, porque Quiroga
aquí logró trascender el dolor y la tragedia, utilizando el amor paternal y la
ternura en forma tajante, dándole el justo corte dramático y desgarrador. Quiroga
manipula la curiosidad y la imaginación de la audiencia en forma insistente y
meticulosa. Resalta los sentimientos de los que no puede escapar un ser que se
describe en un ambiente rudo. En resumen, se puede llegar a múltiples
conclusiones con respecto al final de este cuento. lo cierto, es que brinda la
oportunidad para construir desenlaces que puedan darle mas sentido a la
dinámica imaginativa de la estimada audiencia. Es un cuento muy
bonito, sencillo, simple en cuanto su estructura y a recursos literarios pero
que me marcó en el sentido de cómo un padre puede mostrar su devoción hacia su hijo, como el sentimiento paternal es tan
fuerte que se convierte en una razón de vida para el protagonista de esta
narración.
En conclusión, es narración muy agradable para leer y para
conocer un poco mas sobre la vida de este gran escritor, Horacio Quiroga. No es
difícil de interpretar y posee una extensión bastante adecuada. Además posee un
poco de misterio, lo que a la mayoría nos gusta.
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